Alison Pill

Adam McKay ofrece un interesante “biopic” de quien fue la eminencia gris detrás del presidente George W. Bush: su vicepresidente Dick Cheney.
Este retrato gélido sobre la corrupción del sistema democrático a manos de los “lobbies” rebate la idealización de la política de algunas series americanas.
Los hermanos Coen ofrecen aquí un inteligentísimo ejercicio de metacine, una hilarante historia, una sucesión de escenas brillantemente escritas… y, sobre todo, una emotiva carta de amor al séptimo arte.
Película coral, con muchas tramas amorosas, pero con un tono menos cínico que otras veces, aunque tremendamente irónico, hedonista e incidentalmente soez.
Buena creación de Aaron Sorkin (El Ala Oeste de la Casa Blanca), aunque la utiliza para predicar con insistencia un mensaje ideológico.
Deliciosa comedia de Allen, con un guión ingenioso y un humor muy logrado.
Versión de una novela gráfica de la que hay también un videojuego. Estética pop y poco que contar.
Van Sant dramatiza los hechos ya contados en un documental de 1984 en esta superproducción militante, que aboga por los derechos de los homosexuales y quiere llegar a un público amplio.

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