La incorporación de los populismos nacionalistas a este debate confirma los pronósticos de quienes vieron en la globalización algo más que un fenómeno económico.
En EE.UU. los “worker centers” consiguen llegar a aquellos sectores donde los sindicatos no llegan, como el de la comida rápida o el del servicio doméstico.
Ya no vale decir que el empresario no es un republicano auténtico: con la nominación ha recibido un cheque en blanco para ser la cara visible del partido.
La fórmula de culpar a las instituciones de la UE por la falta de democracia en Europa resulta insuficiente. Hace falta también un cambio de mentalidad en los europeos.
En EE.UU., la libertad religiosa va camino de convertirse en la última salvaguarda frente a los dictados de la mentalidad dominante y del control estatal.
En Alemania y Austria, los partidos populistas de derechas han arrebatado a la izquierda una de sus banderas clásicas: la defensa del Estado del bienestar, pero solo para “los nuestros”.
Frente a la rapidez de la era digital, el neurobiólogo Lamberto Maffei reivindica las ventajas de un estilo de vida que deja espacio al asombro y a la reflexión.