El aumento de personas que viven solas, incluso mucho antes de los 60, será uno de los principales problemas sociales a medio plazo en Occidente, como muestra un estudio con respecto a España.
La nueva norma de la UE, que empezará a aplicarse el 25 de mayo, promete a los ciudadanos europeos que su privacidad será la más protegida del planeta.
A medida que se extiende la identificación por el iris, el rostro o la huella dactilar, se suscitan cuestiones de privacidad y posibilidades de control a gran escala.
Mientras el espionaje del gobierno es ya una realidad no oculta en China, en Occidente los gobiernos han ido aprobando leyes de vigilancia electrónica que han pasado prácticamente desapercibidas para los ciudadanos.
Internet se ha convertido en un servicio excesivamente personalizado, según Pariser, y los usuarios corren el riesgo de encerrarse en la burbuja de sus intereses y preferencias.
El director de la publicación con fama de ser leída por los que mandan en Europa cree que la crisis de credibilidad y de rentabilidad de los medios es relativa.
Parece que el futuro de la economía colaborativa pasa por profesionalizarse, someterse a una mínima regulación y, sobre todo, establecer convenios con empresas tradicionales.
Cada vez más particulares comparten e intercambian bienes y servicios a través de plataformas electrónicas. ¿Consumo colaborativo u otro modo de economía sumergida?
Google ha puesto en marcha un comité de expertos para aplicar la doctrina del “derecho al olvido” en Internet. Forma parte de él José Luis Piñar, exdirector de la Agencia Española de Protección de datos.
Los artilugios que nos permiten estar conectados a toda hora amenazan hacernos perder capacidad de centrar la atención. Daniel Goleman tiene un diagnóstico y una propuesta.