La crisis económica vino acompañada, en los países ricos, de un descenso en la tasa de natalidad. Sin embargo, superado lo peor, la tendencia continúa.
La intromisión del servicio de bienestar infantil noruego en la vida de las familias está excediendo los límites: su tasa de menores bajo tutela estatal duplica la de España.
Una actitud excesivamente protectora, como la que muestran los llamados “padres helicóptero”, resulta perjudicial para los hijos y dificulta su desarrollo.
Los hombres que se quedan en casa a cargo de los hijos pueden enfrentar prejuicios sociales y obstáculos laborales, a pesar de que su tarea aporta ventajas a la familia.
Una sentencia del Tribunal Supremo español dice que el deber de proteger a los hijos está por encima del derecho a la intimidad de los menores si hay indicios de acoso.