Mendoza dedica una mirada aguda y brillante a los grandes cambios en la sociedad occidental desde los años sesenta, ensartándolos en una trama con poca fuerza.
Vuelve Mendoza a convertir en protagonista de sus estrambóticas peripecias al personaje de El Misterio de la cripta embrujada y La aventura del tocador de señoras, aunque son muy visibles los síntomas de agotamiento de una fórmula narrativa ya reiterativa.
Eduardo Mendoza ha reunido tres relatos breves que vuelven a explotar esa vena disparatada y humorística que está muy presente en su trayectoria literaria.
Los amores mundanos de una monja y un donjuán en los años cincuenta. El autor vuelve a mostrar su gran capacidad de narrar, pero no consigue una gran novela.