A finales de enero se publicó un esperado estudio sobre la integración de los inmigrantes de segunda generación en la sociedad francesa. Los autores entrevistaron a más de 22.000 personas de entre 18 y 60 años. Como la constitución prohíbe recopilar datos demográficos por origen étnico o religión, tuvieron que solicitar permiso expreso a los tribunales. El informe, de más de 600 páginas, supone una de las investigaciones más completas hasta la fecha sobre un problema que, según algunos analistas,
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