M. Night Shyamalan

Correcta película de suspense con una premisa inverosímil y ninguna innovación ni sorpresa narrativa.
Shyamalan estrena una película enrevesada que parece destinada a convertirse en uno de los taquillazos del mes de agosto.
Shyamalan recupera algo de fuelle con su personal franquicia de superhéroes, pero sin llegar a la altura de los éxitos de antaño.
Shyamalan regresa al género de terror con una película marcada por un ritmo asfixiante, aunque poco original y con toques de fuerte violencia.
Shyamalan ofrece un buen producto de género, en el que emplea su conocida habilidad para crear atmósferas inquietantes.
Padre e hijo, náufragos en la Tierra tras el accidente de su nave espacial, tienen que aprender a confiar uno en otro para sobrevivir. Película convencional, pero bella y positiva.
Shyamalan firma su peor película, un relato fantástico de artes marciales, adaptación de una serie de TV.
Película de suspense, un tanto cargada de violencia, en que Shyamalan vuelve a lucirse en la creación y el mantenimiento de una atmósfera angustiosa.
De neuvo Shyamalan aprovecha el género de suspense para abordar cuestiones de entidad e interpelar al espectador.
A Shyamalan le gusta sorprender, y lo hace manteniendo el suspense, revelación tras revelación, hasta llegar a la sorpresa final.
Una película de relaciones humanas, con un puñado de temas sugerentes que no se esperarían en una obra de género, a medio camino entre el terror y el suspense.

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