Que se destine tiempo e ingentes recursos a frenar la actual pandemia, no debería restar esfuerzos a la erradicación de la tuberculosis, la malaria y el VIH. Pero está ocurriendo.
Datos de Francia muestran una expansión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual por el aumento de prácticas de riesgo, especialmente por parte de homosexuales.
Las personas cuya conducta sexual les coloca en alto riesgo de infección, pueden ser excluidas de la donación, dice el el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La epidemia, señala ONUSIDA, se frena donde se presta atención específica a las personas más expuestas (las que ejercen la prostitución –y sus clientes–, tienen relaciones homosexuales o se inyectan drogas), se trata a los infectados y se logran cambios de conducta en los jóvenes.