La falta de una norma común sobre el número de nacimientos por donante y sobre su anonimato puede perjudicar a las familias inmersas en procesos de reproducción asistida.
Según esta enfermera reconvertida en documentalista, tanto en estos tratamientos como en los de cambio de sexo sobra opacidad y faltan ética médica y verdadera compasión.
Aunque de un modo aún no definitivamente establecido, las técnicas de reproducción asistida se relacionan con algunos perjuicios para la salud de las personas así concebidas.
Los procesos de FIV no están a salvo de errores o de manipulaciones intencionales de las muestras de esperma, y las personas afectadas lo sufren de modo duradero.
Un metaestudio conducido por la Universidad de Navarra destaca la efectividad de la recanalización tubárica: dos de cada tres intervenidas vuelven a concebir, más que con la reproducción asistida.
Alana Newman, hija de donante anónimo de esperma, quedó cautivada por la doctrina católica sobre el amor humano, y destaca su valor en un documental por los 50 años de la encíclica “Humanae vitae”.