La creación de una categoría de personas que estarían mejor muertas origina una presión sobre los pacientes, dice la Conferencia Episcopal de EE.UU. en una declaración.
La secuencia del genoma humano hace diez años ha proporcionado una avalancha de información a los investigadores. Pero aún no ha tenido repercusiones en los tratamientos médicos.
Muchos ciudadanos de países en desarrollo sufren una dramática desprotección en el momento de afrontar la muerte, por falta de cuidados paliativos para tratar el dolor.
Los “pacientes sin fronteras” buscan conseguir tratamiento a precios más bajos en países menos desarrollados, pero su atención puede ir en detrimento de la dedicada a los nacionales.
El déficit de profesionales sanitarios es un problema tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados, pero en los primeros se agrava por la emigración de médicos y enfermeras a los segundos.
A veces parece que algunos trastornos psíquicos se ponen “de moda”. Aunque existe el riesgo de sobrediagnóstico, la proliferación de casos se debe al progreso en la capacidad de detectarlos y tratarlos, explica el psiquiatra Javier de las Heras.
Contra lo que concluyen las investigaciones realizadas hasta ahora, un nuevo estudio parece haber descubierto que las usuarias de anticonceptivos orales viven más tiempo.
Este manual de cuidados paliativos pretende ofrecer un texto en el que de forma sistemática se estudian todos los aspectos involucrados en la medicina paliativa.
Un equipo de investigadores ha logrado probar que algunos pacientes considerados en “estado vegetativo” pueden escuchar, entender y comunicarse mediante cambios conscientes en su actividad cerebral.
Según un nuevo estudio, cuatro de cada diez diagnósticos de estado vegetativo son erróneos, y en realidad los pacientes tienen conciencia, aunque intermitente y en grado mínimo.
Han de ser una adición sustancial y socialmente innovadora a la medicina curativa del más alto nivel científico, dice la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Un artículo publicado en The Lancet plantea una revisión de la Declaración de Tokio sobre Ética Médica y Tortura en vista de la significativa presencia que siguen teniendo los profesionales de la salud en los procedimientos policiales abusivos.
La Asociación Española de Bioética y Ética Médica califica de “inútil” el proyecto y advierte que tiende a confundir los cuidados paliativos con la eutanasia.