Las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la financiación de las pensiones en España han sido transformadas por el Gobierno en un mensaje de miedo a los jubilados: "Quieren rebajaros las pensiones". Pero, como señala Alberto Recarte en El País (Madrid, 22-X-94), el verdadero problema que deben afrontar los políticos es la reducción del gasto público y la creación de empleo, ya que las pensiones no son altas.
En los años de crecimiento económico sostenido, los Estados gastaron alegremente para ampliar los sistemas de protección social. Pero la recesión actual tiene el efecto de multiplicar las demandas de protección y de limitar los recursos, públicos y privados, para satisfacerlas. Estas presiones, agravadas por el envejecimiento de la población, obligan a los países de la OCDE a revisar sus políticas sociales. Edwin Bell, experto de la OCDE, explica este cambio que aparece reflejado en el reciente informe sobre Las nuevas orientaciones de la política social (1).