Los llamados “nuevos derechos”, como el aborto y la eutanasia, pretenden imponerse en los foros internacionales, incluso a pesar de que no son reconocidos como tales ni en las constituciones de los Estados ni en las normas internacionales vinculantes. Para su total implantación, aborto y eutanasia parecen reclamar la progresiva supresión de cualquier forma de disenso, particularmente de la objeción de conciencia sanitaria. Durante el tiempo en que el aborto y la eutanasia se entendieron jurídicamente como excepciones al derecho
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