La creación de una categoría de personas que estarían mejor muertas origina una presión sobre los pacientes, dice la Conferencia Episcopal de EE.UU. en una declaración.
El llamado “testamento vital” en la práctica suele ser poco útil para tomar decisiones médicas, en caso de que el enfermo sea incapaz de dar su consentimiento.
El doctor Jordi Valls, que dirige el equipo de atención psicosocial para enfermos avanzados de la Obra Social La Caixa, explica en una entrevista en ABC su experiencia en los cuidados paliativos.
Muchos ciudadanos de países en desarrollo sufren una dramática desprotección en el momento de afrontar la muerte, por falta de cuidados paliativos para tratar el dolor.
En su columna mensual para el National Catholic Bioethics Center, el padre Tadeusz Pacholczyc -sacerdote y doctor en neurociencia por la Universidad de Yale- explica cómo crear las condiciones adecuadas para que los enfermos terminales afronten sus últimas horas o días de vida con serenidad.
A veces se presenta como sedación paliativa una aplicación de fármacos realizada solo con el fin de acelerar la muerte. En un artículo publicado en la web de El País, Javier Rocafort, de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, explica qué criterios éticos hay que tener en cuenta para que la sedación paliativa sea una buena práctica médica.
Médicos y enfermeras critican las ambigüedades sobre las terapias superfluas o la sedación terminal, y que no se reconozca el derecho a la objeción de conciencia.
Los obispos de Andalucía han pedido al gobierno andaluz que clarifique varios aspectos del proyecto de la conocida como ley de muerte digna. Advierten que las ambigüedades del texto pueden favorecer una eutanasia encubierta.
Margaret Sommerville, directora del Centre for Medicine, Ethics and Law de McGill University, escribe sobre los modos de evitar que los pacientes terminales sufran por la pérdida de control sobre lo que les ocurre.
A menudo el debate acerca de la atención al enfermo terminal se centra demasiado en los aspectos técnicos que rodean al acto de morir, pero deja a un lado consideraciones más profundas. La profesora canadiense Margaret Somerville trata de ir al fondo de la cuestión.
El proyecto de ley aprobado por el gobierno andaluz para garantizar una muerte digna se ha presentado como una ley pionera y avanzada. En realidad, en su mayor parte reconoce derechos del paciente que ya están recogidos en la legislación nacional vigente, a no ser que se interpreten en clave de acelerar la muerte.
Esta iniciativa del gobierno francés pretende favorecer el deseo de morir en casa, y no en un hospital, que tienen la mayoría de los enfermos terminales.