Migraciones

La mayor parte de la migración mundial se produce dentro de la misma región. Los que llegan al primer mundo tienen un nivel educativo superior a la media.
Ni las fronteras europeas se pueden “defender” de los refugiados a porrazos, ni se puede desconocer la intolerancia religiosa y antidemocrática que algunos traen en la maleta.
La atención pública se centra actualmente en los refugiados sirios o afganos que piden asilo en Europa. Pero el fenómeno migratorio es mucho más amplio y diverso. Y la principal causa del aumento de la inmigración es la reagrupación familiar.
La mayor parte de quienes huyen de la guerra y de las atrocidades del Estado Islámico no han buscado refugio en Europa, sino en los países vecinos de Siria.
La UE quiere un reparto equitativo de los refugiados entre los distintos países. Pero si se pregunta a los interesados solo tienen un objetivo: Alemania. ¿Qué esperan encontrar?
Bruselas propondrá a los Estados de la UE un nuevo plan de distribución de refugiados. Mientras llega el consenso, los ciudadanos adelantan iniciativas de acogida a los recién llegados.
60 universidades les ofrecen la posibilidad de realizar de forma gratuita las materias de libre disposición, o de asistir a cursos específicos para ellos.
Los socios de la UE responden con distinta generosidad a la emergencia humanitaria causada por el flujo de refugiados llegados a Italia y Grecia.
El deseo de frenar la inmigración ilegal está llevando a elevar nuevos muros entre países europeos.
La mala gestión de la oleada de refugiados sirios y africanos compromete el futuro de estos y ocasiona problemas en los países de tránsito y destino.
La crisis económica ha provocado un descenso de la inmigración latinoamericana hacia Europa, y la búsqueda de oportunidades en su propio entorno geográfico.
En un rincón del Océano Índico, la tragedia de una minoría birmana trae sin mucho cuidado a los países islámicos del entorno.
Ante los bajos niveles de fecundidad en la UE, los inmigrantes pueden ayudar a sostener el edificio social. Pero nunca serán suficientes.
En África y el Oriente Próximo, muchos miles tienen motivos muy fuertes para emigrar, y seguirán cruzando con peligro el Mediterráneo mientras Europa no les abra una vía legal para entrar.
En la mayoría de países europeos representan una pequeña minoría de la población, pero la gente sobrestima los que hay en su país.
La emigración supone una fragmentación de la familia, con repercusiones en los más jóvenes y los ancianos que quedaron atrás. Las iniciativas para atenuarlas son escasas.
España se ha convertido en el país miembro de la OCDE en el que más ha caído la llegada de inmigrantes regulares entre 2007 y 2013.
En torno a un 9% son alumnos extranjeros.
En Gran Bretaña hay una reacción popular contra la inmigración, alentada por el UKIP. Pero su fundamento en los hechos es débil.

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