La mayor parte de quienes huyen de la guerra y de las atrocidades del Estado Islámico no han buscado refugio en Europa, sino en los países vecinos de Siria.
Los recuerdos de la propia guerra y la presencia de refugiados que han tenido que huir de países tan cercanos como Siria, Palestina o Irak, alimentan en los libaneses un deseo de paz.
Miles de iraquíes han tenido que refugiarse en el Líbano. Muchos de los refugiados, entre ellos los cristianos, no ven posible regresar a un Irak, que ya no es el que ellos conocieron.
Al cumplirse un año del inicio de la rebelión en Siria, el presidente Bachar Al Asad puede celebrar su victoria militar, pero al precio de convertirse en un paria en la escena política internacional.