Aburrida por los ingresos billonarios de las novelas y películas de la serie Harry Potter, y sin perspectivas de seguir explotando con idéntico éxito el ya manido filón de Hogwarts con la redacción de los libros de texto para estudiantes de mago que se citan en las novelas (El Quidditch a través de los tiempos, Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Los cuentos de Beddle el bardo), J.K. Rowling se aleja de la fantasía heroica en su última novela y entra de lleno en los terrenos del realismo más tópico y sórdido de la narrativa británica contemporánea.
Un cambio cierta ...
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