Guionista de cine y televisión, Fernando Navarro (Granada, 1980) ha sido también profesor de Escritura Creativa en Nueva York. Su primer libro, Malaventura, es una original novela formada por catorce narraciones que comparten una misma ambientación y un mismo estilo. Describen matanzas, asesinatos, castigos, peleas, accidentes y situaciones grotescas que apuntan siempre en la misma dirección: ofrecer una imagen ácida y salvaje de un territorio y de unos personajes que se mueven en la frontera entre lo mítico y lo primitivo, a pesar de transcurrir en una Andalucía de hace unas décadas.
El autor opta por ofrecer una imagen de Andalucía cruel y brutal, sustentada en elementos narrativos que proceden de un folclore nacional influido por la literatura tremendista norteamericana, al estilo de Cormac McCarthy. El paisaje andaluz tiene también un aire a western, con pueblos desangelados y deprimentes que son la antesala del desierto más estéril, como leemos en uno de los relatos: “Este es un lugar muerto y borroso. Es un fantasma gigante hecho con casas de piedra sin labrar, con polvo y suciedad”.
Junto con la ambientación y los personajes, el lenguaje, bronco y poético, aporta también unidad a estos relatos, en los que en ocasiones se emplea un lenguaje popular con coloquialismos que apoyan la ambientación realista.
Con estos mimbres, el autor corre muchos riesgos. Es cierto que esquiva el estereotipo andaluz más vistoso, pero cae también en un elenco de escenas y personajes que, en clave gótica y tremendista, forman también un mundo cerrado, con falta de matices y abuso de lugares comunes, como el chusco anticlericalismo y el recurso gratuito a una violencia desatada.
El resultado es una mezcla ingeniosa y sorprendente de ingredientes literarios, de gran impacto narrativo, que abarca lo nebulosamente fantástico y un realismo despiadado.
Un comentario
creo que este autor tiene que madurar un poco
firmado un anadaluz