William Saroyan (1908-1981) es un escritor norteamericano de origen armenio que, antes de dedicarse en exclusiva a la literatura, trabajó en múltiples oficios, lo que le sirvió para conocer de cerca realidades humanas muy diferentes. Esto se nota en sus libros, pues suele mirar de manera piadosa a unos personajes tomados de la vida misma, identificándose con sus temores, miedos y alegrías cotidianas.
El libro que le dio a conocer a los lectores norteamericanos fue su colección de relatos El joven audaz sobre el trapecio volante (1934); con el mismo estilo, aunque con tintes más autobiográficos, publicó más tarde, en 1940, Mi nombre es Aram, otro de sus libros más celebrados, también compuesto de relatos. En España, en la editorial Acantilado, además de estos libros se han publicado Las aventuras de Wesley Jackson, Cosa de risa y Un día en el atardecer del mundo. Saroyan es conocido, además, por sus obras de teatro y libros de memorias.
La editorial Palabra rescata ahora su obra más valorada y difundida, La comedia humana, que se publicó en 1943. Ese mismo año fue llevada al cine y la película consiguió un Oscar al mejor guion. La novela está ambientada en Ithaca, una pequeña ciudad del valle californiano de San Joaquín, en plena Segunda Guerra Mundial. La acción se centra en la vida de una familia, los Macauley. La madre, viuda, lucha por sacar adelante a Bess, Homer y al pequeño Ulysses. Marcus, el mayor, está en el ejército.
Para echar una mano en casa, Homer empieza a trabajar de repartidor de telegramas, lo que le sirve al autor para mostrar diferentes ambientes de la ciudad y también la sombra de la tragedia, pues algunos telegramas que reparte Homer notifican la muerte en la guerra de algunos de sus vecinos.
El libro, como los antes mencionados, es profundamente humano y quiere mostrar cómo, aun en medio de las dificultades, el hombre puede encontrar siempre una señal de esperanza, ideas que aparecen en la mayoría de los escritos de este autor. De hecho, sus personajes suelen ser sencillos y positivos, con un alto aprecio por la amistad, el amor y la religión. En su sencillez, Una comedia humana llega directamente al corazón, sin necesidad de manipular los sentimientos de los lectores.