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Ennui

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2015)

Nº PÁGINAS352 págs.

PRECIO PAPEL22,50 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO


Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 79/15

En los alrededores de 1800, a los veinticinco años, el joven conde de Glenthorn ha saciado ya todos los caprichos que podía imaginar, ha malbaratado parte de su fortuna, ha roto su matrimonio y está hastiado de todo. Sin saber muy bien cómo ni por qué, viaja con la intención de visitar sus propiedades en Irlanda. La gente que encuentra allí resulta ser muy pueblerina; el atraso, muy grande, y abundan la pobreza y la incomodidad. Pero ese viaje a Irlanda sanará al conde de Glenthorn de su enfermedad moral y le permitirá afrontar una nueva vida.

Maria Edgeworth (1768-1849) fue una prolífica escritora angloirlandesa y una mujer muy avanzada en su tiempo. Colaboró activamente con su padre en la administración de las tierras que la familia poseía en Irlanda y dio muestras de gran sensibilidad social tanto en su actuación personal como en sus ensayos.

Esta novela pone de manifiesto el amor de Maria Edgeworth por Irlanda, su aprecio por la tierra y por sus gentes. En algunos momentos, de hecho, la autora aprovecha explícitamente para criticar algunos libros de viajes que describían Irlanda con visión tópica, ridiculizadora o superficial. Ennui (1809) incluye también una insólita defensa de la dignidad del trabajo que resulta poco frecuente en las novelas inglesas de alta sociedad, donde los ricos habitualmente se honran de vivir de las rentas.

“Ennui”, el término que da título a la novela, es una palabra francesa que designa el estado anímico de quien está harto de la vida e invadido por la indolencia. Es el mal que, para su propia desesperación, aqueja al conde de Glenthorn. La novela, narrada en primera persona por su protagonista, se presenta de algún modo como un ejemplo de cómo curarse del “ennui”. Este moralismo es quizá la manifestación más palpable del carácter ilustrado de la autora. Algunos acontecimientos excesivamente melodramáticos son prueba de su romanticismo incipiente. Pero estos reproches no ensombrecen a una buena novela, narrada con mucha sensatez y buen pulso. Un precedente muy digno de Jane Austen y la novela romántica inglesa.

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