El mito de la Inteligencia Artificial

El mito de la Inteligencia Artificial

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALThe Myth of Artificial Intelligence

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2022)

Nº PÁGINAS368 págs.

PRECIO PAPEL22,90 €

PRECIO DIGITAL11,99 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO

ChatGPT es un sistema de Inteligencia Artificial (IA) capaz de hacer desde trabajos de fin de grado hasta guiones de cine. Hay traductores online cada vez más sofisticados, aplicaciones que sugieren que cojamos el paraguas y frigoríficos que hacen la compra. Literalmente. Pero los expertos señalan que no hay un ordenador tan superpotente como para llevar a cabo las innumerables sinapsis que el cerebro humano realiza cada segundo.

Larson, emprendedor y científico, desvela en este libro cuál es el mayor peligro de la IA. Y no piensen que reivindica la leyenda del Golem, es decir, que un robot llegue en algún momento a aniquilarnos. Para él, nos hemos amilanado ante el envite, restando valor al misterio –sí, al enigma– de la inteligencia humana. Dicho de otro modo: pensamos que el desarrollo de la IA es imparable no porque hayamos creado máquinas inteligentes como nosotros, sino porque la cultura tecnológica está modificando, desgraciadamente, nuestra forma de concebir la inteligencia.

Y es aquí donde viene Erik J. Larson a poner los puntos sobre las íes, a fin de desengañarnos; con la intención, en definitiva, de separar el grano de la paja en las noticias que publica Wired o las profecías de R. Kurzweil. Sabemos muy poco del funcionamiento de esa máquina de máquinas que es el cerebro, y acumular datos para vomitar respuestas –indica Larson– no tiene nada que ver con eso tan mágico que es pensar. Popper y el pavo de Russell mostraron por qué el provecho de las inducciones siempre es limitado. Y sí, una computadora puede rebuscar o combinar estrategias para derrotar a Kasparov, pero ni siquiera Deep Blue posee la versatilidad y la inespecificidad de la mente de un niño para divertirse jugando al ajedrez mientras piensa en los deberes, juega con un lápiz o esboza una mueca. Todo a la vez.

Una máquina está diseñada para algo; es un sistema cerrado. Del hombre, los antiguos decían que era capax universi para reflejar su condición abierta. En comparación con una computadora, disponemos de menos información, pero a tenor de lo que arroja la historia, nos ha ido francamente bien como especie. Porque pensamos –sea lo que sea lo que esto signifique–, y eso no lo hace el PC con el que escribo.

No tiene pinta de que las explicaciones de Larson vayan a envejecer o quedar inservibles de aquí a unos lustros, como suele pasar con los pronósticos acerca de las posibilidades futuras de la IA. El libro tiene interés porque desmitifica el valor de los avances, sin suscribir un mensaje tecnófobo, y despierta admiración por lo humano. Además, repasa la –breve– historia de la computación, sus debates más intensos, así como los principios que rigen las operaciones lógicas, con un estilo cercano, fresco, muy divulgativo, todo para advertir lo equivocados y deshumanizadores que son los eslóganes futuristas.

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