Jean Rolin (1943) ofrece en este libro su visión particular sobre la situación de los cristianos en Palestina. La empresa es muy interesante y no es el primero que se enfrenta a ella, aunque en este caso hay que añadir a su favor un buen oficio de periodista que le lleva a escribir con mucha soltura y en un tono muy ameno.
Sin embargo, hay dos factores que condicionan su relato. El primero, es el momento histórico elegido, ya que describe la situación en 2002, después de las represalias israelíes por el atentado que se llevó a cabo en Jerusalén por un habitante de Belén, donde murieron 11 personas. Este crítico suceso llevó a que un grupo de palestinos se refugiaran en la Basílica de la Natividad de Belén y al asedio del ejército judío y el establecimiento del toque de queda en todos los territorios palestinos.
El otro inconveniente es el poco tiempo que Rolin permanece en la zona, lo que le impide ganarse la confianza de las personas que entrevista y con las que convive. Además, su condición de no creyente no le ayuda a entender en profundidad algunas de las conductas de los cristianos. Habría que añadir que contacta casi exclusivamente con sacerdotes católicos, algunos de ellos un tanto singulares. La mayor parte del relato transcurre en Belén y en Beit Jala, pero también recorre Ramala, Taybet y Gaza. Se echa en falta un análisis de personas y hechos y conversaciones más directas y profundas.
Con todo esto quiero señalar que su propuesta era a priori difícil y que el resultado, en forma de reportaje periodístico, sólo puede ser una visión poco profunda.
El concepto que el autor tiene de los cristianos –no especifica si son católicos u ortodoxos- es que están achicados frente a los musulmanes, con una visión pesimista ante la situación y solo con el anhelo de emigrar cuanto antes –principalmente a EEUU–, aunque la jerarquía católica les anima continuamente a quedarse para que no se pierda la presencia cristiana en los Santos Lugares. Los cristianos están mal vistos por los musulmanes y por los israelitas, y su miedo les lleva a soportar esta dramática situación en silencio; para él, esta pacífica actitud ante los ataques no es tanto por sus principios religiosos como por miedo.
En resumen, el libro no funciona como guía para conocer la situación de esos cristianos que intentar vivir su fe desde su condición de palestinos, de la que están orgullosos; sin embargo, sí puede constituir una primera aproximación provisional al tema.