Vidocq es una superproducción francesa del experto en efectos digitales Jean-Christophe Comar, conocido como Pitof. Se trata de su primera película, después de haber trabajado en efectos especiales de films tan conocidos como Delicatessen, Asterix y Obelix o Juana de Arco. Vidocq ha sido escrito por el novelista francés Jean-Christophe Grangé, y es un thriller gótico ambientado en los bajos fondos del convulso París de 1830. Gérard Depardieu hace de Vidocq, un controvertido detective de pasado oscuro, que investiga la muerte misteriosa de tres significativos parisinos. En el curso de sus pesquisas se topará con El Alquimista, un inquietante personaje que se oculta bajo una máscara de espejos y que parece estar cerca del infierno.
El film tiene casi todo su peso en el diseño visual, muy moderno, aunque ya muy manido, con atmósferas crepusculares conseguidas por ordenador, y con un montaje trepidante e impresionista. Nada nuevo, aunque quizá sorprende verlo en una película de época. Algunos recursos, como las volteretas del Alquimista, suponen ya una cansina copia de los hallazgos de Matrix y de otros films, y el propio personaje parece un mal clon de Darth Vader. No obstante, la poderosa presencia de Gérard Depardieu siempre salva la pantalla, y las apariciones discretas de Inés Sastre dan el único toque elegante a una infame galería de personajes, entre los que descollan muy logrados secundarios.
Vidocq es, de todas formas, un film algo tramposo, quizá pedante, con una trama bastante plana y vacua envuelta en imágenes muy prometedoras. El recurso a la magia negra y al esoterismo es facilón y oportunista, dejando lo que podía convertirse en un clásico del género policiaco, en un exabrupto juvenil, con algo de gore y otro poco de sexo descarnado. Y aunque tiene momentos visuales muy sugerentes y deslumbrantes, el film deja un fuerte sabor de insatisfacción.
Juan Orellana
