Director: Fabrizio Costa. Guión: Francesco Scardamaglia y Massimo Cerotini, con la colaboración de Giovanni Capetta y Saverio D’Ercole. Intérpretes: Olivia Hussey, Laura Morante, Ingrid Rubio, Sebastiano Somma, Michael Mendl. 110 min. Jóvenes.
Nacida en Albania en 1910, Premio Nobel de la Paz en 1979, fallecida en Calcuta en 1997 y beatificada por Juan Pablo II en Roma en 2003, la Madre Teresa de Calcuta es la monja más popular de los tiempos modernos. Tras varias biografías de baja calidad, el prestigioso realizador televisivo italiano Fabrizio Costa ofrece una notable semblanza en esta miniserie de televisión que ha gozado de gran éxito en Italia y ahora se estrena en versión cinematográfica.
La película recorre la vida de la hoy beata desde que en 1946 se replantea su vocación religiosa, deja la Congregación de Loreto y su trabajo en el colegio Santa María de Entally, se dedica a los más pobres de los pobres con la autorización del obispo de Calcuta, se forma en enfermería en Patna y funda finalmente la Congregación religiosa de las Misioneras de la Caridad, que, a pesar de sufrir numerosas contradicciones, ha gozado de una expansión sin precedentes por todo el mundo.
La película se resiente del cierto esquematismo narrativo de las producciones televisivas. Sin embargo, su ritmo es fluido, y la realización de Fabrizio Costa aprovecha una esmerada ambientación y unos bellos parajes naturales. Además, dirige bien al sólido reparto, en el que destacan una recuperada Olivia Hussey y la actriz española Ingrid Rubio. En cualquier caso, lo mejor es el sereno tono sobrenatural con que la película trata la vida y la espiritualidad de la religiosa. Queda así clara su motivación estrictamente vocacional y religiosa, que la propia Teresa resumía de esta manera a Edward Le Joly, uno de sus biógrafos: «No estamos aquí por lo que hacemos, sino por Jesús. Somos, sobre todo, religiosas, no asistentes sociales, maestras, enfermeras o doctores. Somos monjas. Servimos a Jesús en los pobres. Todo lo que hacemos -nuestra oración, nuestro trabajo, nuestro sufrimiento- es por Jesús».
Jerónimo José Martín