Requiem (El exorcismo de Micaela)

TÍTULO ORIGINAL Requiem

GÉNEROS

Director: Hans-Christian Schmid. Guión: Bernd Lange. Interpretación: Sandra Hüller, Burghart Klaussner, Imogen Kogge, Anna Blomeier, Nicholas Reinke. 93 min. Adultos (V)

Basada en una historia real -la de la joven Anneliese Michel, muerta en 1976, durante una peregrinación al santuario de Klingenberg- que ya inspiró la reciente película norteamericana «El exorcismo de Emily Rose», esta película alemana ha sido dirigida por un realizador de 41 años que obtuvo bastantes premios con su película anterior, «Lichter». La actriz protagonista de «Requiem», Sandra Hüller, ganó el Oso de Plata en la Berlinale y el premio a la mejor actriz del cine alemán. Además, la película cosechó cuatro premios más en Alemania: segunda mejor película del año, vestuario, actriz secundaria y sonido.

En una pequeña ciudad del sur de Alemania, en la década de 1970, vive Micaela, de 21 años, que se ha criado en una familia católica. Su padre es cariñoso pero débil de carácter. La madre es una mujer fría, distante y malhumorada. A pesar de llevar años librando una larga batalla contra la epilepsia, Micaela desea fervientemente salir de su casa para ir a la universidad.

«‘Requiem’ -ha declarado el director- se inspira en Anneliese Michel y en los hechos de Klingenberg, pero no estábamos interesados tan sólo en contar esa historia. Al comienzo de la película, aparece una frase que, a mi entender, es muy atinada: «Requiem» se basa en hechos reales, aunque los personajes son ficticios. A medida que desarrollamos el guión, nos distanciamos del caso de Anneliese: nuestros personajes tenían vida propia; a menudo actuaban, hablaban y pensaban de forma muy distinta que los parientes de Anneliese. Y cuanto más nos alejábamos del círculo familiar más cercano, más libremente avanzábamos con los personajes de la película. Hicimos nuestro propio retrato de cada uno de los protagonistas, no pretendíamos reproducir a los personajes reales. De hecho, sólo hablé con los parientes de Anneliese Michel cuando terminamos el rodaje, entre otras razones porque queríamos diferenciar claramente nuestro trabajo en la película de la realidad. Además, sabíamos que hacía años que los parientes de Anneliese habían dejado de hablar con los medios de comunicación y queríamos respetar sus deseos. Sin embargo, una de las hermanas de Anneliese y yo nos reunimos en varias ocasiones en Aschaffenburg, Múnich y Berlín. Hablamos con mucha franqueza acerca del guión de «Requiem» y acerca de los paralelismos y las diferencias para ella entre la historia de su familia y cómo ella, que era cinco años menor que Anneliese, vivió la enfermedad de su hermana».

Estas precisiones del director son muy importantes y por eso las reproduzco. Dan noticia de una manera de proceder que ha permitido a Schmid contar las cosas de acuerdo con su manera de verlas, hasta tal punto que si algunas no le gustaban o no le interesaban, las ha cambiado con toda paz, porque al fin y al cabo su historia es ficción.

Así las cosas, la cinta -bien rodada e interpretada- pierde muchísimo interés por la simplista, esquemática y apresurada caricatura que se hace de los personajes y de las situaciones que viven. La religiosidad, el sacerdocio, la piedad popular no salen mejor parados. Schmid, posicionado en un escepticismo que mira con desdén y aires de superioridad lo sobrenatural, dispone las cosas de manera que, en su autoproclamado psicograma de una joven que se encuentra en una situación extrema, la posibilidad de una intervención satánica que justifique el exorcismo no pasa de ser una mera quimera. A Schmid le parece ridículo que la Iglesia mantenga el ritual del exorcismo y forme a algunos sacerdotes para que, con el consentimiento del obispo, puedan administrarlo.

Alberto Fijo

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