Director: Alan Taylor. Guión: Kevin Molony. Intérpretes: Ian Holm, Iben Hjejle, Tim McInnerny, Tom Watson, Nigel Terry, Hugh Bonneville. 115 min. Jóvenes.
La historia cuenta que Napoleón murió en 1821 en su exilio de la isla de Santa Elena. Pero imaginemos que una red secreta hubiera preparado su regreso a Francia mientras un doble se hacía pasar por él en la isla. Así, cuando Bonaparte llegara a París, su doble confesaría su impostura, y Napoleón reclamaría el trono imperial. Imaginemos también que las cosas se enredan y que Napoleón se enamora de una viuda vendedora de melones.
Este es el original planteamiento de Mi Napoleón, deliciosa versión de la novela La muerte de Napoleón, de Simon Leys. Dirigida por Alan Taylor -vinculado a series televisivas norteamericanas- y protagonizada por Ian Holm, ofrece una excelente ambientación. Pero más interesante que la peripecia napoleónica es la aventura humana que propone: la de un hombre que, gracias a una mujer extraordinaria, encuentra la felicidad cuando renuncia a su imagen prepotente; una imagen que le ha hecho conquistar el mundo y perderse a sí mismo.
Quizás muchos franceses no aprueben esta película británica; pero lo cierto es que es un derroche de buen gusto y humor inteligente. Hay excelentes secundarios, y lo son también la fotografía y la música de Rachel Portman, todo al servicio de una certera moraleja: cuanto menos te esfuerces en controlar tu destino, más sorprendente y rica será la vida que te espera.
Juan Orellana