Venimos diciendo que Clooney es mucho más que un buen actor (este año se daba por hecho que volvería a ganar el Oscar por su impecable trabajo en Los descendientes, pero al final se lo llevó el francés Jean Dujardin por The Artist). Clooney es también un guionista, director y productor muy inteligente. En este drama político que adapta una obra teatral de Beau Willimon, Clooney y su colaborador Grant Heslov (con quien escribió la ...
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.