1941. Rommel avanza inexorablemente hacia El Cairo ante la impotencia del ejército británico. El teniente David Stirling, hastiado de cierta incompetencia y falta de audacia, pretende convencer a dos compañeros para una misión aparentemente suicida, pero que, según cree, puede cambiar el curso de la guerra en África.
La serie comienza los episodios asegurando que, aunque increíble, todo lo narrado está basado en hechos reales. El guion se inspira en el libro del historiador británico Ben Macintyre. Buen material para esta nueva creación de Steven Knight (Peaky Blinders, Taboo), que aúna todos los ingredientes propios de su estilo: una historia disparatada, unos diálogos brillantes, un tono gamberro, una música acorde (al compás de AC/DC), un montaje soberbio y un ritmo frenético. Una pena que también refleje sus típicos excesos, que le restan sutileza. A pesar del éxito y la calidad de esta creación, no está anunciada una nueva temporada, ya que se concibió como una miniserie, producida por la BBC.
Las brillantes secuencias iniciales muestran lo que nos espera: un espléndido montaje a tres bandas de los tres protagonistas, que augura una aventura de violencia, locura y heroísmo, con unos diálogos para enmarcar. El primer capítulo introduce la historia de los personajes, bien relatada y con perfiles complejos. Junto con el cuarto, claramente de transición, forma el remanso en medio de la tormenta que desata esta serie adictiva y frenética.
Steven Knight se rodea de un equipo que funciona. Por una parte, dirige la serie al completo Tom Shankland, cuya pericia no iba más allá de algunos episodios sueltos en series de prestigio como House of Cards o La serpiente, alguna olvidable película de género (Waz, The Children) o la serie británica Los Miserables (2018). Por otra parte, Connor Swindells borda su papel protagonista, a pesar de su corta trayectoria hasta la fecha (había actuado, entre otros trabajos, como secundario en Sex Education). También son solventes Alfie Allen (Juego de Tronos) y el siempre excelente Dominic West (Downton Abbey, The Wire). Y, por último, cuenta con Jack O’Connell (Invencible) en un trabajo excelente, replicando al indisciplinado y colérico Paddy Mayne. La fotografía, muy cuidada, recrea de manera espléndida el desierto norteafricano.
