La joven de las especias

Guión: Gurinder Chadha y Paul Mayeda Berges. Intérpretes: Aishwarya Rai, Dylan McDermott, Nitin Ganatra, Anupam Kher, Sonny Gill Dulay, Nina Young. 96 min. Jóvenes-adultos. (S)

TÍTULO ORIGINAL The Mistress of Spices

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Canela para hacer amigos, albahaca para recordar, nuez moscada para curar viejas heridas.

Tilo es una bellísima dama de las especias o, para decirlo de otro modo, una hada con poderes casi sobrenaturales educada en la India según unas tradiciones milenarias. Desde su bazar de especias mágicas, descubre el pasado, ve el futuro y vende en pequeñas bolsas el remedio adecuado para cada persona. Para mantener sus poderes tiene que cumplir tres estrictas y sencillas reglas: no salir nunca de la tienda, utilizar las especias sólo para satisfacer los deseos y necesidades de los demás y no tocar nunca la piel de otra persona. Las reglas dejaran de ser sencillas cuando aparezca un atractivo arquitecto que rápidamente se enamora de Tilo.

Estamos ante una «opera prima» que no lo es en realidad porque, aunque el japonés-americano Paul Mayeda Berger es la primera vez que se pone detrás de la cámara, es la cuarta película que rueda junto a su mujer Guridner Chadha que en este caso es, simplemente, la co-guionista, productora y asesora de dirección. Aclarado el parentesco, es muy fácil ver los elementos del «tándem» Chadha-Berger en «La joven de las especias»; elementos que se repetían en «Quiero ser como Beckham», «Qué se está cociendo» y, sobre todo, la cercanísima «Bodas y prejuicios»: el retrato de las diferencias culturales, la problemática de la inmigración, el conflicto entre los deseos -sobre todo amorosos- y la tradición… También como en «Bodas y prejuicios» aparecen algunos guiños al cine de Bollywood, a su colorido, su sensualidad -mucho más marcada en esta película-, su vibrante acompañamiento musical, su hiperromanticismo…

En este caso, y aunque estamos ante la adaptación de una novela de Chitra Banerjee Divakaruni, el tono que adoptan Chadha y Berger es el de un cuento, un cuento muy parecido a «La Sirenita» (y quizás más parecido a la sirenita de Disney que a la de Andersen, que es una historia mucho más oscura). La ambientación -ese maravilloso bazar con botes de especias de colores explosivos-, la voz en «off» que sirve de hilo conductor, el montaje de sonido que casi logra que las especias hablen e incluso la presencia de la bellísima Aishwarya Rai -mucho más modelo que actriz en esta película, todo hay que decirlo- son elementos que construyen una historia rodada en la más pura línea del realismo mágico.

Este tono fantástico y la brillante estética visual se acaban imponiendo a la pequeñísima historia que se nos cuenta: no hay tramas secundarias y casi todo ocurre entre cuatro paredes -sí, de un bazar muy cuco, pero cuatro paredes-.

En definitiva, una película claramente inferior a «Bodas y prejuicios», mucho más sencilla y, en ocasiones, plana pero que comparte con ella un pequeño universo fílmico que puede seguir dando sorpresas.


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