Nacido en Italia en 1955, pero residente en Suiza desde 1960, Nino Jacusso estudió cine en Alemania y Dinamarca. Allí inició un singular estilo propio, a medio camino entre el documental y la ficción, que ahora ha culminado en Escape to Paradise. Se trata de un espléndido drama que Jacusso califica como «A Real Acting Movie» -algo así como «película con interpretaciones reales»-, pues los actores han sufrido en propia carne dramas similares a los que recrean. Esta fórmula ha dado a la película muchos premios, como la Concha de Plata al mejor actor (Düzgün Ayhan) en San Sebastián 2001.
El guión relata los complejos avatares que sufre una familia kurda compuesta por los padres y tres hijos de diversas edades. Acosados y torturados en Turquía, huyen y piden asilo político en Suiza. Allí son internados en un abigarrado centro de refugiados a la espera de los trámites y las decisiones de las autoridades. Además de los lógicos problemas que genera la integración multicultural, los protagonistas deberán superar los terribles recuerdos del pasado y la tentación de mentir en sus declaraciones a las autoridades; un recurso que les aconseja una turbia mafia kurda con la finalidad de hacer su caso más trágico de lo que ya es.
Íntegramente rodada con vídeo digital, la película padece ciertas carencias técnicas, sobre todo en la sonorización e iluminación de algunas escenas. Sin embargo, compensa ampliamente esos defectos con un sólido guión, una limpia y fluida puesta en escena, y unas interpretaciones sensacionales, muy impactantes en su entrañable veracidad. De este modo se articula un precioso elogio de la solidaridad, la integridad moral y la unidad familiar, sólidos cimientos de una obra fílmica mayor, que aporta nuevos cauces narrativos al cine social europeo, en auge desde hace años.
Jerónimo José Martín
