En el Valle de Elah

Intérpretes: Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Frances Fisher, Susan Sarandon, James Franco. 121 min. Adultos (VXD)

TÍTULO ORIGINAL In the Valley of Elah

DIRECCIÓN

GÉNEROS

El director de Crash saca adelante una película con evidentes problemas de guión gracias a la pegada de dos grandes actores. Este podría ser el resumen de la esperada película de uno de los directores y guionistas más prestigiosos del panorama internacional. La verdad es que resulta cansino el retrato del cineasta canadiense, plano y monocorde, y por lo tanto falso, sobre la guerra y los militares, en general, y sobre Irak, en particular. Ya le ocurrió en Banderas de nuestros padres (escrita por Haggis, dirigida por Eastwood), que sin ser una gran película tiene más nivel que esta.

En el valle de Elah produce la sensación de que Haggis está cayendo en la fórmula del thriller altamente emotivo, donde un suceso muy dramático actúa como puente entre dos personajes que de algún modo hacen un viaje de redención.

La cinta parece una mezcla de Algunos hombres buenos y El cazador, y llega un momento en que se vuelve discursiva y anodina. Pero, como ya hemos señalado, ahí están Jones y Theron para sacarla a flote, ayudados por algún momento de esos que Haggis domina y que embelesan al espectador (una bandera al revés cargada de sentido, un frío pasillo con luz de neón por donde avanza un hombre roto, un muerto viviente).

El título, inspirado en un episodio bíblico, hace referencia al combate que libra un veterano de Vietnam por encontrar a su hijo, recién llegado a una base militar norteamericana desde Irak, donde ha estado destinado como soldado. Le ayudará una detective, que padece continuas humillaciones de sus compañeros de comisaría. La cinta tiene unas insistentes secuencias en garitos de mala nota, absolutamente prescindibles.

Por otro lado, Haggis se equivoca en el trazo excesivamente caricaturesco con que dibuja a los odiosos y memos colegas de la mujer policía. La tendencia de este autor a lo que podríamos llamar un determinismo pesimista parece clara. En Crash oxigenó la historia, consciente de que a su guión de Million dollar baby le faltaba aire. Cuando participó en la escritura de la última de la saga Bond, Casino Royale, se alabó su buena mano para hacer más vulnerable y menos cínico al personaje de Fleming. Habrá que ver lo que hace en su tercera película como director.

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