Emily

Emily

GÉNEROS, ,

PÚBLICOAdultos

CLASIFICACIÓNSensualidad, Sexo

ESTRENO13/01/2023

Los biopics que cuentan con pocos datos vitales reseñables suelen estructurarse en torno a la supuesta personalidad del biografiado y, con frecuencia, consiguen aburrir a base de percutir una única nota. Hay bastantes ejemplos: el último, La emperatiz rebelde, la película sobre Sisi que ha dirigido Marie Kreutzer.

La cinta sobre la más talentosa de las hermanas Brontë que firma Frances O’Connor en su estreno en la dirección, ha esquivado portentosamente esos excesos melodramáticos.

A pesar de tener pocos elementos en los que sostener la narración, O’Connor consigue enganchar al espectador al histriónico carácter de la protagonista, a sus pasiones y a su vacuo acontecer en la pequeña localidad de la campiña inglesa en la que vivían las Brontë bajo la autoridad de su padre, el pastor de la comunidad.

La directora presta una cuidadosa atención a los detalles, de forma que contribuyen eficazmente a desplegar el mundo interior de Emily. La planificación y la fotografía, magníficas, más los exteriores con todos sus fenómenos atmosféricos, forman parte de la narración junto con los interiores, que dotan a la historia de ese ambiente de clasicismo victoriano que tienen los escritos de las Brontë y en general la literatura inglesa del XIX. Destaca también la música, que funciona con fuerza dramática plenamente justificada.

Pero coincido con la mayoría de la crítica en que la principal herramienta de O’Connor ha sido la sutil combinación de esta narrativa cuidada y clásica de la que hablamos, con un punto de vista moderno sin el que la historia se hubiera despegado demasiado del gran público. Los conflictos y reacciones de la protagonista son modernos, así como las escenas en las que se despliega el sexual romance que Emily mantiene con el joven coadjutor de la parroquia. Incluso la elección de Emma Mackey para el papel protagonista nos remite inevitablemente a la serie Sex Education. La combinación de clasicismo y modernidad está en este caso bien medida, pero es difícil de creer una Emily Brontë tan “liberada” como la que nos propone este biopic.

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