Dirección: Pascal Morelli. Guión: Natalia Borodin y Thierry Thomas. Música: Franco Piersanti. Animación. 92 min. Adultos. (VX)
Estamos en 1919. Asia se sume en el caos. Espectaculares convoyes de trenes acorazados atraviesan las tundras heladas desde Rusia y Siberia a Manchuria. Entre ellos, el tren del almirante Kolchak transporta el oro del gobierno contrarrevolucionario. Como es de suponer, este hecho alimenta el interés de más de un mercenario. En esta caza del tesoro sin cuartel, Corto Maltés acude en ayuda de las «Linternas Rojas», una sociedad secreta que ha salvado su vida en más de una ocasión. Junto a Rasputín, su viejo amigo y también enemigo, se cruzarán con toda suerte de sociedades secretas chinas, una duquesa rusa tan encantadora como perversa, un hombre que está convencido de ser la mismísima encarnación de Genghis Khan, un aviador norteamericano y cierto número de generales escindidos entre su nostalgia por las glorias pasadas y la preocupación por su futuro, el cual, efectivamente, pende de un hilo.
Desde hace años se venía diciendo que estaba a punto de estrenarse la película de Corto Maltés, y los seguidores del cómic tenían más de una duda sobre el resultado: el personaje de Hugo Pratt no sólo necesita el movimiento, algo técnicamente fácil de hacer, sino la voz y el ambiente adecuado, por no hablar del color y el resultado es bastante bueno. Este Corto es el mismo personaje que hemos leído, tiene la voz que le habíamos imaginado, y la atmósfera misteriosa que rodea al personaje es perfectamente adecuada. La historia, como el cómic, es dura y cínica, violenta y con escenas de sexo. La película se estrenó en Francia hace cinco años.
Fernando Gil-Delgado
