Brother

Director y guionista: Takeshi Kitano. Intérpretes: Beat Takeshi, Kuroudo Maki, Omar Epps, Masaya Kato, Ren Oshugi, Susumo Terajima, Ryo Ishibashi, James Shigeta. 114 min. Adultos.

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Takeshi Kitano es probablemente el director nipón más conocido en la actualidad. Representa el cine negro lleno de violencia tanto por los retratos y ambientes de gangsters que realiza, como por la promoción que han tenido sus películas, que han querido convertirle en el Tarantino japonés. El espectador, aun sabiendo que va a recibir una buena dosis de violencia, no debe caer en el error de reducir a Kitano a un molde tan pobre.

Yamamoto (Beat Takeshi) es un gangster que debe abandonar Japón por una guerra entre bandas rivales. Emigra a Los Ángeles, donde un familiar suyo mantiene una red de narcotraficantes. Nada más llegar a Estados Unidos forma su propia banda y logra una ascensión meteórica (mata sin reparos a sus rivales), que tendrá un final igual de rápido. Como siempre en las películas de este director, el protagonista es impasible y difícil de comprender; también utiliza el recurso del humor sencillo para suavizar las situaciones.

Esta breve historia admite múltiples lecturas y está llena de referencias. Los nombres elegidos para el clan japonés: Yamamoto, Kato… son los de generales de la II Guerra Mundial, que atacan el territorio estadounidense y van a la muerte. O se puede ver la historia del emigrante que lucha por sobrevivir en una cultura diferente a la que se ha dado la vuelta: Yamamoto triunfa desde el principio porque utiliza sus reglas, no intenta entender ni adaptarse a las de sus rivales. Por otra parte, esta primera película norteamericana de Kitano, al igual que su personaje, no hollywoodiense; el estilo es el de Takeshi Kitano: sobrio y esteticista al tiempo, donde el momento más logrado es la soberbia escena final, y una historia tierna oculta en un envoltorio tremendo.

Brother no es la mejor película de Kitano. Es menos poética que sus grandes títulos y repite temas ya utilizados. ¿Qué aporta? Un tremendo horror por la violencia que, al contrario que en películas protagonizadas por Van Damme o Stallone, aquí es utilizada como valor terapeútico. No tiene nada de bonito ni de elegante. No hay honor, ni virtud, ni romance, como suelen hacer en Hollywood; es pura y simple violencia, y canallesca violencia.

Fernando Gil-Delgado

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