Segundo largometraje del cineasta canadiense Jeremiah Chechik (National Lampoon’s Christmas Vacation). Describe la historia de amor entre un excéntrico vagabundo disléxico (Johnny Depp), que imita los ademanes de Buster Keaton y Charles Chaplin; y una joven disminuida psíquica (Mary Stuart Masterson), apasionada por la pintura. Ésta vive con su hermano mayor (Aidan Quinn), que ha asumido generosamente su cuidado tras la muerte de sus padres. Esta dedicación le hace perder gran parte de su vida privada y dificulta su amor hacia una simpática camarera.
La película tiene muchos puntos de interés: una historia original y positiva, divertidos gags a la antigua usanza, diálogos chispeantes, unas interpretaciones magníficas, una sugestiva banda sonora repleta de buenas canciones… Y, sin embargo, le falta algo.
Chechik demuestra una gran personalidad fílmica, pero no consigue recrear plenamente el mundo poético de las viejas comedias románticas mudas en que se inspira el guión de Barry Berman. A veces le falta garra y profundidad al resolver algunas situaciones, aunque sus encuadres atrapen siempre los gestos precisos de los protagonistas. Quizá con una pizca más de profundidad e ingenio en los diálogos y en los gags…
En cualquier caso, Chechik acierta al primar lo romántico y lo cómico, en lugar de cargar la mano en lo patético o en la cierta laxitud moral que refleja su «reivindicación de la diferencia». Consigue así un film interesante, que deja muy buen sabor de boca, sobre todo por su tono amable, lleno de optimismo respecto a la capacidad de amor, amistad y solidaridad del ser humano, aun del más singular.
Jerónimo José Martín