Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 32/15 Esta poesía cinematográfica de Naomi Kawase se enraíza en esa tradición maravillosa oriental que es capaz de retratar lo humano de forma tan poética como incisiva. Es una habilidad que en Occidente mostró el neorrealismo italiano, o directores solitarios como Bresson o Kaurismäki. Ahora, seco el manantial, parece
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