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Una advertencia del Papa a los obispos alemanes

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Berlín.– Francisco ha dirigido, el 29 de junio, una Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania. El motivo: el camino sinodal que anunció la Conferencia Episcopal Alemana (DBK, por sus siglas en alemán) tras su asamblea plenaria de marzo pasado en Lingen. El objetivo es discutir el celibato sacerdotal y algunos temas de moral sexual.

Bajo la impresión de los resultados del estudio MHG elaborado por cuatro institutos de investigación de las Universidades de Mannheim, Heidelberg y Giessen en relación con abusos sexuales cometidos por clérigos de la Iglesia católica entre 1946 y 2014, los obispos decidieron iniciar un proceso de reforma. Según la página web de la DBK, “el estudio de los abusos y, en consecuencia, la demanda de reformas por parte de muchos revelan que la Iglesia en Alemania está experimentando un punto de inflexión. La fe solo puede crecer y en esta solo cabe profundizar si uno se libera de los bloqueos del pensamiento, si se enfrenta a un debate libre y abierto, y desarrolla la capacidad de adoptar nuevas posiciones y seguir nuevos caminos”.

La anterior asamblea de la DBK, celebrada en septiembre de 2018, mencionaba los campos de reforma: “Trataremos retos específicos para la Iglesia católica, como las cuestiones sobre la forma de vida en celibato de los sacerdotes y sobre diversos aspectos de la moral sexual católica, con la participación de especialistas de diversas disciplinas en un proceso transparente de diálogo”.

Mientras que unos consideran que, después de la carta del Papa, todo el proceso se ha de remodelar por completo, los otros afirman que el Santo Padre anima a continuar por ese sendero

Y, como el término Sínodo tiene un significado canónico específico, el “proceso transparente de diálogo” pasó a denominarse “camino sinodal” (en realidad, un pleonasmo, pues el griego synodos significa precisamente “camino común”). El presidente de la DBK, el Card. Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, mencionaba en Lingen, el 14 de marzo, tres aspectos en los que se centraría el camino sinodal: el abuso clerical de poder, la forma de vida (en celibato) de sacerdotes y obispos, y la moral sexual de la Iglesia. Además, anunciaba la participación del “Comité central de los católicos alemanes” (ZdK) en dicho proceso.

El ZdK, a su vez, manifestaba tras su Asamblea celebrada los días 10 y 11 de mayo que en la próxima asamblea general de los Obispos –que se celebrará en septiembre de 2019– presentaría “formas concretas para el camino sinodal, para que se tome una nueva decisión sobre la participación del ZdK”. Pero, además, añadía que la Asamblea había decidido crear –“en paralelo a los foros propuestos por la DBK”– un foro más sobre el tema “acceso de mujeres a las órdenes sagradas”.

Conversión y fe

Ya entonces, algunos obispos se distanciaron de la decisión tomada por la DBK; así, el obispo de Würzburg, Franz Jung, advertía: “No me puedo imaginar un camino particular para Alemania, sea este como sea; las cuestiones tales como el celibato o el sacerdocio de las mujeres las tiene que decidir la Iglesia universal”. Mons. Jung apelaba al diálogo, pero “sin que se produzca una ruptura”, y además a una reflexión sobre las cuestiones que realmente importan, “y estas no son en último término el celibato y el sacerdocio de las mujeres, sino la cuestión de Dios”. A esto se refería asimismo Mons. Konrad Zdarsa, obispo de Augsburgo: “Solo habrá una verdadera renovación de la Iglesia a través de la conversión personal, la conversión a Dios y a la vida de fe y de sacramentos”.

Precisamente a estos dos aspectos se refiere ahora el Papa en su Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania: las decisiones del camino sinodal han de estar en consonancia con la Iglesia universal, y en particular con las decisiones del Concilio Vaticano II: “La Iglesia universal vive en y de las Iglesias particulares, así como las Iglesias particulares viven y florecen en y de la Iglesia universal, y si se encuentran separadas del entero cuerpo eclesial, se debilitan, marchitan y mueren. De ahí la necesidad de mantener siempre viva y efectiva la comunión con todo el cuerpo de la Iglesia, que nos ayuda a superar la ansiedad que nos encierra en nosotros mismos y en nuestras particularidades a fin de poder mirar a los ojos, escuchar o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino”. Así dice la carta en el número 9; y añade: “El Sensus Ecclesiae nos libera de particularismos y tendencias ideológicas para hacernos gustar de esa certeza del Concilio Vaticano II, cuando afirmaba que la Unción del Santo (1 Jn 2, 20 y 27) pertenece a la totalidad de los fieles”.

La oración, por delante de las estructuras

En cuanto a la necesidad de afrontar los problemas y retos con visión sobrenatural, excediendo las reformas meramente estructurales para centrarse en la oración, Francisco expone en el número 5: “Recuerdo que en el encuentro que mantuve con vuestros pastores en el 2015 les decía que una de las primeras y grandes tentaciones a nivel eclesial era creer que las soluciones a los problemas presentes y futuros vendrían exclusivamente de reformas puramente estructurales, orgánicas o burocráticas pero que, al final del día, no tocarían en nada los núcleos vitales que reclaman atención”.

El Papa subraya la necesidad de afrontar los problemas y retos con visión sobrenatural, excediendo las reformas meramente estructurales para centrarse en la oración

En este contexto habla del pelagianismo que se menciona en Evangelii gaudium, 32. Al final de la carta, el Santo Padre abunda sobre la prioridad de los medios sobrenaturales: “Necesitamos oración, penitencia y adoración que nos pongan en situación de decir como el publicano: ‘¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!’ (Lc. 18, 13); no como actitud mojigata, pueril o pusilánime, sino con la valentía para abrir la puerta y ver lo que normalmente queda velado por la superficialidad, la cultura del bienestar y la apariencia” (n. 13).

Interpretaciones

Por supuesto que las reacciones no se han hecho esperar, si bien estas son tales que el periodista Peter Winnemöller, en kath.net, se preguntaba: “¿Están en circulación diferentes cartas del Papa Francisco?”. Respecto de las reacciones, dice Winnemöller: “Un atento observador puede obtener una impresión interesante: tanto en la diócesis de Múnich como en el Secretariado de la DBK en Bonn y en la central del ZdK parecía haberse recibido una carta completamente distinta a la que llegó a Ratisbona”.

El Card. Rainer Woelki de Colonia, en una entrevista mantenida el mismo 29 de junio con la emisora de la diócesis, Domradio, decía: “De la carta del Papa me ha impresionado particularmente la referencia al ‘primado de la evangelización’. Quizá sea este un término teológico complicado, pero creo que da en el clavo: debemos ser una Iglesia misionera y no mirar tanto a una ‘estructura perfecta’, sino a Cristo, nuestro Señor resucitado”. El arzobispo de Colonia hacía hincapié en la llamada del Papa a la conversión personal: “Es reconfortante ver la naturalidad y audacia con la que el Santo Padre emplea términos que, en nuestro país, frecuentemente solo pronunciamos con vacilación y una cierta timidez, que casi se han perdido: conversión, transformación, misión”.

El vicario general de la diócesis de Ratisbona, Michael Fuchs, publicó a su vez en kath.net, el 30 de junio, un comentario de la carta del Papa. Recalca que el Papa “obviamente, no ignora que algunas de las exigencias de los iniciadores del ‘proceso sinodal’ (como a menudo se denomina al ‘camino sinodal’) exceden o no tienen suficientemente en cuenta los principios católicos de la fe vinculantes en todo el mundo, lo cual pondría en peligro el camino común y la comunidad integral de la Iglesia”. Fuchs subraya que Francisco, en su carta, emplea cinco veces el concepto del Sensus Ecclesiae, “en un sentido amplio, evitando el concepto del Sensus fidelium, que aunque tenga una base teológica y eclesial, en ocasiones se malentiende como sentido de grupo u opinión de la mayoría”.

“No me puedo imaginar un camino particular para Alemania; las cuestiones tales como el celibato o el sacerdocio de las mujeres las tiene que decidir la Iglesia universal” (Mons. Franz Jung)

Fuchs concluye que la carta del Papa “empuja hacia una remodelación completa del proceso, que debe orientarse por la evangelización y la renovación espiritual”, y recuerda la exhortación apostólica Evangelii gaudium, también citada por el Papa en su carta: “La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad” (n. 27).

Desafío saludable

Mons. Michael Gerber, obispo de Fulda, se ha referido a la carta del Papa como un “desafío saludable”: “Según Francisco, cada etapa del camino de la Iglesia presupone la creencia de que Dios actúa por medio del Espíritu Santo en su Iglesia. ¿Confiamos en que el Espíritu Santo actúe en su Iglesia hoy? ¿Creemos que sus contracciones también se pueden sentir en lo que está más allá de nuestras expectativas?” La carta “muestra que es Dios quien sitúa la vida del hombre en un horizonte siempre nuevo”.

Con estas declaraciones contrastan las realizadas conjuntamente por el presidente de la DBK, el Card. Marx, y Thomas Sternberg, presidente del ZdK: “Agradecemos al Santo Padre sus palabras de orientación y aliento; como obispos y representantes laicos nos sentimos invitados a continuar en este sentido el proceso iniciado”. Por otro lado, reconocen que “para el éxito del camino sinodal se precisa también una orientación espiritual, que no puede agotarse en debates sobre estructuras”. La declaración concluye: “Para el proceso que tenemos por delante, el Papa Francisco nos exhorta a escucharnos unos a otros de una manera nueva, para que, como parte de la Iglesia universal, podamos ponernos al servicio de la fe con toda nuestra creatividad, espiritualidad y pasión”.

Mientras que unos consideran que, después de la carta del Papa, todo el proceso se ha de remodelar por completo, los otros afirman que el Santo Padre anima a continuar por ese sendero. ¿Cómo es posible esto? Por supuesto que se puede dar una respuesta simple: que cada uno entiende lo que le conviene. Winnemöller apunta otra razón “tradicional”: “Tanto la DBK como el ZdK tienen mucha experiencia en hacer oídos sordos a lo que dicen Roma y las bases católicas mientras persiguen su propia agenda. La única opción para una rectificación sería cambiar la mayoría en la DBK como resultado de la carta”.

En cualquier caso, en su página web, la DBK anuncia: “El 5 de julio de 2019 tendremos ocasión, en la conferencia conjunta de representantes de la Conferencia Episcopal Alemana y del ZdK, de tratar sobre la Carta y de acordar pasos concretos a seguir”. El camino sinodal sigue, pues, su recorrido.

 

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