A toda velocidad hacia el enfrentamiento con Roma

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Camino sinodal, III asamblea febrero 2022

Asamblea del Camino Sinodal en Fráncfort, 5-02-2022 (© Synodaler Weg/Maximilian von Lachner)

 

Berlín.— El camino sinodal alemán va quemando etapas: los pasados días 3 a 5 de febrero se celebró la tercera asamblea plenaria en Fráncfort, en la que se votaron resoluciones en clara discordancia con la doctrina o la tradición de la Iglesia. Entre las más destacadas: la asamblea votó mayoritariamente a favor de la “admisión de mujeres a las órdenes sagradas” y por suprimir el celibato obligatorio para quienes se deciden por el sacerdocio; también recomienda la ordenación de personas casadas.

Si bien ambas resoluciones se votaron en primera lectura, con lo cual se remiten a los correspondientes “foros” del camino sinodal, nadie duda que en la segunda lectura –probablemente en la cuarta asamblea, que se desarrollará en septiembre próximo– se aprobarán definitivamente. En cualquier caso, el camino sinodal “encarga” a la Conferencia Episcopal que solicite ya ahora un “indulto” del Papa Francisco para que las mujeres puedan ser admitidas al diaconado.

Con estas resoluciones, el camino sinodal es consciente de que se dirige a toda máquina al enfrentamiento con “Roma”, con la Iglesia universal. Ahora bien, para esto también ha previsto una solución: Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, se refirió a una visita al Vaticano en la que se habría acordado la creación de un grupo de trabajo mixto, entre el camino sinodal alemán y la secretaría del sínodo de los obispos convocado por el Papa Francisco. Dicho grupo mantendría reuniones periódicas para tratar esos asuntos “controvertidos”.

Moral sexual

No menos peso tienen otras dos resoluciones de la asamblea. El camino sinodal alemán ha acuñado la expresión “parejas que se aman”, para solicitar a los obispos que creen el marco para las “ceremonias de bendición” excluidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe en una nota del año pasado: se trata no solo de parejas del mismo sexo sino también, por ejemplo, de divorciados que han contraído nuevo matrimonio civil. Aunque la votación se llevó a cabo en primera lectura, la petición se ha hecho ya: cada obispo tendrá que tomar una decisión en su diócesis, aunque la presión que se está ejerciendo sobre ellos es enorme, pues negar esa bendición sería “despiadado o incluso discriminatorio”, y el camino sinodal aboga por la igualdad de toda persona. En el fondo de la cuestión está la opinión, mayoritaria entre los miembros del camino sinodal, de considerar la moral sexual de la Iglesia católica –en lugar de su trasgresión– como culpable de los abusos sexuales cometidos en su seno, por lo que “urge” un cambio radical de dicha moral sexual. Concretamente se trata de que la doctrina de la Iglesia “evalúe de un modo nuevo la homosexualidad”.

Ni en este campo ni tampoco en relación con otra decisión de la asamblea –la cooperación de laicos en la elección del obispo junto a los cabildos catedralicios– parece que los participantes en el camino sinodal crean que deben consultarlo al Vaticano; antes bien, están decididos a que se comience a implementar dichas resoluciones inmediatamente, si bien la decisión definitiva corresponderá a cada obispo para su diócesis.

Voces discordantes

Al mismo tiempo que en la Asamblea parece haber un amplio consenso, van apareciendo también voces discordantes. En este sentido resultan significativas las declaraciones del párroco Johannes Schaan en una mesa redonda celebrada en Berlín a mediados de enero. Refiriéndose a los temas tratados en el camino sinodal, dijo: “Hay muchas cosas que no puedo compartir”; si bien al principio del camino sinodal se presentaron opiniones minoritarias, esto “cada vez es más difícil”; además echa en falta “algo que está siempre presente en los mensajes del Papa: ser testigos”. A esto se refirió también el obispo auxiliar Matthias Heinrich, quien criticó que el aspecto de la evangelización esté completamente ausente en el camino sinodal.

Pero la crítica más diáfana provino del nuncio en Alemania, Mons. Nikola Eterovic, en su intervención en la asamblea, en la que se centró en la unidad de la Iglesia y en la auténtica sinodalidad que defiende el Papa. “La unidad de la Iglesia católica se expresa especialmente en la unidad del colegio episcopal, así como en las variadas relaciones entre las Iglesias locales y con la Iglesia universal”, y citaba el número 23 de Lumen gentium: “El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles”. En relación con el sínodo universal convocado por el Papa subrayó que “la asamblea sinodal de la Iglesia universal sirve también como marco orientativo para las Iglesias locales que –como sucede en Alemania– se encuentran ya en un camino sinodal”.

“Me deja perplejo el cinismo con el que los abusos se diluyen en las generalidades de una ‘reforma de la Iglesia’. Para mí, el camino sinodal es un auténtico encubrimiento del verdadero escándalo” (Bernhard Meuser)

Tras recordar que “el Obispo de Roma expuso su autorizada opinión a los católicos alemanes el 29 de junio de 2019 en la conocida Carta al pueblo de Dios que peregrina en Alemania”, el nuncio se refirió a dos manifestaciones recientes del Papa Francisco, del 21 y 23 de enero, en las que hablaba del discernimiento en el sínodo iniciado en toda la Iglesia: “No se trata de hacer una encuesta de opiniones”, sino de “discernir la Palabra”. Terminaba Mons. Eterovic citando a San Ireneo de Lyon, al que el Papa acaba de nombrar Padre de la Iglesia, sobre la unidad de la Iglesia, que “conserva una misma fe, como si tuviese una sola alma y un solo corazón, y la predica, enseña y transmite con una misma voz, como si no tuviese sino una sola boca”.

Cambiar la doctrina de la Iglesia

Sin embargo, esta llamada a la unidad cayó en saco roto. En la rueda de prensa al término de la asamblea, al referirse dos periodistas a dicha intervención, Irme Stetter-Karp, presidenta del comité central de los católicos alemanes (ZdK) y copresidenta del camino sinodal, repuso: “He entendido que el nuncio nos presentó su perspectiva, pero no fue una reacción a la asamblea”. Y Mons. Bätzing añadió: “El nuncio, representante del Santo Padre, está en su derecho de intervenir, como todos los participantes en la asamblea. Yo creo en que nos podremos entender con la Iglesia universal romana, de seguro no en todos los puntos, de seguro no como un automatismo; pero tenemos la oportunidad única de resumir lo que aquí, como Iglesia de nuestro país, partiendo de las necesidades, de los retos culturales y sociales de nuestro tiempo, una Iglesia que quiere crecer, deseamos llevar al plano de la Iglesia universal, y Roma no es la Iglesia universal. Esta se reúne cuando se encuentran todas las Iglesias de todas las culturas; la próxima ocasión será el Sínodo en otoño de 2023”.

La reacción a la intervención del Nuncio dentro de la asamblea la resume una de las participantes, Dorothea Schmidt: “Su claro mensaje no parece calar; de lo contrario los miembros del sínodo se sonrojarían colectivamente de vergüenza, cada palabra que quisieran pronunciar se les atascaría en la garganta. Tras su intervención se pasa sencillamente página para continuar en el programa fijado, en el que todo gira en torno a cambiar la doctrina de la Iglesia para que se corresponda con el pensamiento y la ‘realidad de vida’ actual”.

El análisis más certero de esta asamblea del camino sinodal quizá haya sido el de Bernhard Meuser –iniciador entre otras cosas del catecismo juvenil YouCat–. Por haber sido en su infancia víctima de abusos sexuales por un clérigo, su testimonio tiene especial valor. En Die Tagespost afirmaba: “Me deja cada vez más perplejo el cinismo con el que los abusos se diluyen en las generalidades de una ‘reforma de la Iglesia’. Para mí, el camino sinodal es un auténtico encubrimiento del verdadero escándalo, que se viene gestando desde hace mucho tiempo”.

Por otro lado, también comienza a haber iniciativas que se expresan en contra de la deriva del camino sinodal, como Neuer Anfang (“Nuevo comienzo”), creada por creyentes de a pie que se autodefinen “discípulos misioneros que se anhelan la Iglesia dinámica, humilde y servidora de Evangelii gaudium”. A comienzos de enero, una delegación de esta iniciativa entregó 6.000 firmas al Papa, estampadas en un manifiesto que expresa su preocupación por el camino sinodal. El Papa mostró “gran interés” y les animó a que continuaran con su iniciativa y a que se pusieran en contacto con los obispos alemanes.

Un comentario

  1. Muy buen artículo. Me siento informada. La Ruptura de la Reforma, parece haber tenido una motivación más pura
    y comprensible aunque acabara en una brecha muy dolorosa entre las cristianos. Los mayores enemigos de la iglesia están dentro, y los enemigos de fuera, les dan la palabra y la ponen en negrilla y mayúscula en los diarios escritos, montan un breaking news en Radiotelevisión y en los social media se desarrolla un efecto multiplicador. Nos hacen sufrir, nos hacen rezar, pero no nos amargan la vida porque la Iglesia avanza como Jesús la instituyó hasta el final de los tiempos. Incluso habrá quien vuelva arrepentido. Pero ahí no nos vamos a apuntar tantos, será que la Gracia siempre seguirá actuando para quien la quiera aceptar.

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