Que un órgano meramente consultivo cause tanto revuelo indica hasta qué punto los duelos ideológicos se libran hoy en el terreno de los derechos humanos.
El pensador británico es un molesto espeleólogo que explora la cultura contemporánea y la encuentra plagada de tópicos o mentiras nacidas de la inclinación utópica del hombre.
Las nuevas estrellas de la UE no son fácilmente etiquetables: ni Ursula von der Leyen es tan “conservadora”, ni Christine Lagarde tan “neoliberal radical”.
En esta época de predominio de lo sentimental sobre lo racional, un economista británico aconseja no fiarlo todo a los números y las evidencias para convencer a la gente.
En los últimos meses se han publicado numerosas biografías sobre el pensador alemán. La de Safranski, que se reedita ahora con algún añadido, aclara su influencia en la filosofía contemporánea.
Partiendo de fenómenos actuales, el autor expone la tragedia posmoderna: la imposibilidad de tomarse la realidad a la ligera, sin que nos deje huella o nos limite.
Una madre responde a un político gay de EE.UU. que hoy las familias más necesitadas de tolerancia son las que protestan por el adoctrinamiento sexual en la escuela.