Sus destellos de belleza y emoción justifican este audaz experimento de Robert Zemeckis, cuyas leves tramas dramáticas se entrecruzan dentro y alrededor de un único encuadre fijo.
La demanda de un historiador contra una colega que le acusó de falsedad por negar el Holocausto. Grandes interpretaciones en una película que contrapone con acierto las emociones y la técnica del juicio.