La adaptación de la novela de Ian McEwan es una película turbia, adulta, densa y premiosa. La salva Saoirse Ronan con su interpretación de una joven recién casada incapaz de afrontar la noche de bodas.
Un interesante acercamiento a los últimos días de Tolstói. Pero faltan muchos matices que permitan hacerse cargo de las contradicciones y los delirios del anciano escritor.