La primera cinta de animación por ordenador del estudio Ghibli tiene sus ingredientes tradicionales y algo de su magia y encanto, pero le falta la chispa del maestro Miyazaki.
El maestro japonés de la animación culmina su carrera con un precioso melodrama de aventuras sobre la vida del ingeniero aeronáutico que inventó el Mitsubishi Zero.
Los espectadores a los que costaba entrar en el exuberante mundo mitológico de Miyazaki encontrarán una de sus películas más accesibles, de una bella ingenuidad.