La batalla del Ebro sirve de inspiración a Pérez-Reverte para retratar, sin partidismos, un conjunto de atrayentes personajes con los que quiere poner rostro a cualquier guerra.
Un cuarteto de jóvenes artistas trata de sobreponerse, a través de la amistad y la literatura, al ambiente opresivo de una Bratislava bajo los vestigios del socialismo soviético.