La impactante puesta en escena de Joseph Kosinski y la química entre Brad Pitt, Damson Idris y Javier Bardem dan vuelo a un guion sólido pero algo ligero y previsible.
La película adapta la autobiografía de Roland Pérez, un abogado francés nacido con una malformación en el pie que consiguió caminar gracias al empeño de su madre.