En algunos lectores cristianos, los relatos de Harry Potter provocan desazón porque no mencionan a Dios para nada y en ellos los chicos no rezan nunca, inquietud porque no se refieren a un más allá, al menos como en El Señor de los Anillos, donde tampoco se habla de Dios ni se reza nunca, por cierto... Creo que, en el fondo, la cuestión está en comprender algo mejor cómo funcionan y qué podemos esperar de las ficciones de fantasía.