Fernando Gil-Delgado

Clint Eastwood celebra sus cincuenta años como director con otro western crepuscular, en el que vuelca todas sus esencias.
Enésima versión del cuento clásico, esta vez en forma de comedia musical muy políticamente correcta.
Inteligente comedia francesa que refleja, sin concesiones ni buenismos, la sociedad multirracial y multicultural de hoy.
Deliciosa obra mínima, ganadora del Oso de plata en la última Berlinale, combina sencillez con profundidad y una pizca de humor.
Simpática secuela de la película de 2018: los autores compensan la falta de novedad complicando la historia y multiplicando los personajes.
Una expresiva historia sobre la pena y el acompañamiento a quien la sufre.
Buena y dura película sobre el rápido proceso de maduración de un niño de diez años provocado por la separación de sus padres y la guerra en Burundi.
Divertido homenaje a la familia imperfecta –es decir, normal–, y un certero aviso sobre la excesiva dependencia de las nuevas tecnologías.
Excelente historia, sencilla, sugerente y realista, sobre la amistad entre un crío de ocho años y su vecino nonagenario.
La primera cinta de animación por ordenador del estudio Ghibli tiene sus ingredientes tradicionales y algo de su magia y encanto, pero le falta la chispa del maestro Miyazaki.
Amable comedia dramática sobre el aislamiento rural, poco original en su exposición, encantadora por su reparto.
Excelente documental sobre librerías, que es a la vez una metáfora de la evolución del mundo moderno.
Simpática comedia romántica sobre los problemas de una pareja durante la cuarentena más estricta en Londres.
Buenos diálogos y un choque de personalidades entre Malcolm X, Muhammad Ali y otros líderes negros, en 1964.
Aceptable secuela de la película animada sobre hombres prehistóricos.
Historia sencilla y actual sobre malos tratos, que pone el centro de atención en la superación y la ayuda de los amigos.
Aceptable “biopic” centrado en las semanas que transformaron al coronel De Gaulle en el hombre del momento.
Simpática y alocada secuela de “Trolls”, no tan logarda como la primera.
Correcta comedia, crítica con la clase política profesional y sus malas artes. No es original y recurre a lugares comunes, pero tiene un gran reparto.

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