Estar casados puede suponer una diferencia –para bien– en la salud de los cónyuges, pues de alguna manera los aleja de la posibilidad de adoptar hábitos dañinos. La ventaja se observa en comparación tanto con los solteros y separados, como con los que viven en uniones de hecho.
Una costumbre relacionada con una mala calidad de vida es la de permanecer horas y horas ante la televisión. En la web del
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