El renovado interés por la energía nuclear

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Imagen de archivo de una planta nuclear en 2017 (Foto: Mingo123 / Pixabay)

Tanto por los accidentes -Chernóbil, Fukushima-, como por los costes y los quebraderos de cabeza provocados por los residuos, la nuclear ha sido una fuente de energía desprestigiada y no eran muchos los países que deseaban depender de ella.

Su descrédito, sin embargo, parece estar cerca de terminarse, incluso en aquellos lugares en los que su desaparición resultaba más comprensible: por ejemplo, Japón. Tras el desastre de 2011, el país nipón aprobó hace dos años una norma que amplía el uso de plantas nucleares más allá de los 60 años. Hoy, cuenta con 12 reactores, a los que hay que añadir dos en construcción.

En Europa, Bélgica y Suiza han dejado en suspenso la clausura de sus instalaciones nucleares, cuando solo unos años antes se habían alineado con Alemania, país que, tras el accidente en Japón, decretó, como España, el parón de todos sus reactores. Precisamente el nuevo gobierno germano, aunque no ha derogado la ley de Merkel, ha dado un paso de gigante al suavizar su postura sobre la energía nuclear, al dejar de negarse a considerarla una fuente verde.

Finlandia terminó en 2023 el reactor más potente de toda Europa y Suecia, tradicionalmente escéptico: ha anunciado la construcción de 10 nuevos reactores. Un cambio similar se ha producido en Italia.

Fiebre nuclear

Estados Unidos es otro de los países a los que ha llegado el nuevo interés por la energía nuclear. Trump no es precisamente un impulsor de las renovables y ya ha aprobado una ley en la que se conceden beneficios fiscales a proyectos energéticos basados en aquella.

¿Y China? Según datos ofrecidos por Global Energy Monitor, el gigante asiático es el que más ha aumentado su capacidad energética nuclear en los últimos años. En este momento, cuenta con 55 centrales, una menos que Francia y 38 menos que Estados Unidos.

Podría pensarse que esta fiebre nuclear está ocasionada por la necesidad. Está claro que, desde un punto de vista productivo, es inviable atender la demanda de energía solo con fuentes renovables. De hecho, la proscripción de las energías contaminantes, como el carbón, ha hecho que en el seno del ecologismo hayan también caído las prevenciones inveteradas que existían hacia los reactores.

Al interés geopolítico por avanzar en la energía nuclear, se le une el económico, tanto por parte de los Estados como de de algunas grandes empresas tecnológicas

En Alemania o Inglaterra existe, en este sentido, una larga tradición en el activismo antinuclear. En los años sesenta y setenta, eran frecuentes los disturbios en las zonas donde se proyectaban las plantas. Marilynne Robinson, la famosa autora de Gilead, dedicó precisamente su primer ensayo (Mother Country. Britain, The Welfare State and Nuclear Pollution, publicado en 1989) a investigar el efecto de la radiación en las poblaciones vecinas a las centrales inglesas.

En estos y otros países ahora proliferan más bien ONG que combinan la defensa del medioambiente con la de la energía nuclear. Se encargan de informar de que el efecto de las radiaciones es mínimo y de que estas se miden y controlan. Figuras relevantes en la lucha medioambiental han señalado que el apagón nuclear imposibilita desprenderse del carbón. Como indica Guillem Sanchís, fundador de Econucleares, una plataforma ecologista a favor de las centrales, la energía nuclear “ocupa muy poco territorio, es limpia, y segura”.

Geoestrategia, pero no solo

Según The Economist, la energía nuclear posibilita a los países generar electricidad de la forma masiva, segura e independiente que necesitan. Tanto Estados Unidos como Europa han presentado planes con el fin de multiplicar su capacidad energética. El primero desea llegar a producir 400 gigavatios en 2050; Europa, más realista, se ha propuesto pasar de los 100 actuales a los 150 para la misma fecha. Al mismo tiempo, tras la crisis de Ucrania, se ha vuelto evidente que depender del gas ruso constituye una debilidad estratégica.

A esta urgencia política se une el interés de las grandes compañías tecnológicas por contar con un suministro energético estable y limpio. En Estados Unidos hay ya operadores privados que han comprado plantas nucleares y startups que invierten bien en la construcción de centrales, bien en el negocio de la innovación.

Se calcula que los reactores modulares pequeños (SMR), más manejables y transportables, han logrado movilizar 2000 millones de dólares en Estados Unidos. El modelo no se ha podido comercializar aún, pero para los expertos es prometedor. Otras empresas tecnológicas están invirtiendo en la fusión nuclear, aún en ciernes, que supuestamente generaría energía limpia de modo ilimitado. Google, Meta o Microsoft son las algunas de las compañías interesadas en estos desarrollos.

Modelos escalables

Junto con los avances técnicos, la energía nuclear también ha cobrado un nuevo atractivo por la posibilidad de abaratar los costes de creación y mantenimiento de las centrales. Por ahora, incluso con los SMR, es más cara que la convencional, pero algunas tendencias permiten augurar un cambio en esta situación.

China y Corea del Sur son algunos de los países que están mejorando la construcción de los reactores con presupuestos más ajustados. Con la estandarización de los reactores, han reducido bastante los tiempos a la hora de levantar nuevas plantas. Desde el punto de vista financiero, se están ideando agrupaciones empresariales que ayuden a poner en marcha los proyectos, así como a compartir riesgos con la industria nuclear.

En cualquier caso, el futuro de la energía nuclear dependerá de la implicación de los poderes públicos. No se trata solo de ir levantando centrales; son necesarios planes nacionales a largo plazo. Se requiere mucha más inversión, mano de obra cualificada, etc. Asimismo, en la actualidad existen muchas rémoras burocráticas, y los procesos de aprobación de los proyectos son desalentadores. La duda es si aliviar el camino administrativo puede ser perjudicial y repercutir negativamente en la seguridad y la calidad de las centrales.

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