En la segunda mitad del siglo XIX, en un pueblo arquetípico de Inglaterra, Frank, el heredero de la privilegiada familia Gresham, llega a la mayoría de edad. El deseo de su madre es casarlo con una mujer rica que solucione los problemas económicos de la familia. Pero estas intenciones chocan con el amor del joven por Mary Thorne, una chica de origen humilde que vive con su tío en el pueblo. Este, que da título a la novela, es paradigma de arraigadas convicciones y sentido común. En una sociedad marcada por el peso de la sangre y la riqueza, la historia de estos dos jóvenes se encontrará con numerosos obstáculos. Es la hora de demostrar que la lealtad y la honradez pueden vencer los inamovibles esquemas clasistas. O no.
En la línea de Charles Dickens, aunque sin llegar a su altura, Anthony Trollope (1815-1882) desarrolla una historia de amor costumbrista en la tradición del mejor realismo inglés. El autor es uno de los más importantes escritores británicos de su tiempo. Su estilo se basa en la recreación de la alta sociedad rural a todos los niveles, añadiendo incluso elementos del ambiente político (uno de sus temas favoritos). Su visión de la vida es amable, irónica y optimista, como se puede ver también en otras obras suyas recientemente reeditadas: El mundo en que vivimos y Ojo por ojo / La señorita Mackenzie, entre otras.
El doctor Thorne pertenece a su saga de novelas de Barsetshire y es, en opinión unánime de la crítica, la más lograda de todas ellas. Más allá de lo que se podría suponer, Trollope no pretende echar abajo la sociedad de clases con su novela. Aceptando el lugar en el que sus personajes –y él mismo– se desenvuelven, Trollope cuenta una historia en la que se alaba la sinceridad de una vida virtuosa y sencilla por encima del origen social.
(Versión actualizada de la reseña publicada el 5-11-2003 sobre la edición de Rialp)