Leo es una niña huérfana y muda que decide escaparse del centro de acogida movida por la ilusión de participar en una competición de pesca en Galicia. Con un simple autostop se sube al coche de Lou, y entre ellos se establece un diálogo tan elocuente como silencioso, a base de lenguaje no verbal y notas escritas, que los conducirá a un cruce de caminos inesperado.
Tras firmar varios cortometrajes sólidos, Carlos Solano nos regala un largometraje que conecta emocionalmente con el espectador, y ofrece destellos de esperanza en medio de la atmósfera triste que envuelve a los protagonistas. Con buenas interpretaciones de la debutante Julia Sulleiro e Isak Férriz (Asalto al banco central , Las distancias), esta feel good movie destaca por una cuidada fotografía —ha sido rodada en un bellísimo paraje costero gallego—, y por la combinación de ligeros toques de humor, música gaitera y el mar como escenario de refugio emocional.
Esta ópera prima se erige como una propuesta ideal para toda la familia, y al mismo tiempo invita a la reflexión sutil, abordando temas delicados como la comunicación no verbal, la ausencia del hogar y los lazos parentales, las heridas emocionales que arrastramos desde la infancia hasta la adultez, y la difícil reconciliación con las decisiones del pasado.