Siempre estoy en el medio: en el medio, no delante, no detrás, ni fea ni preciosa. Atrapada entre Argel y París, entre el empeño de mi madre en hacerme volver y mi cómoda vida parisina”. La narradora-protagonista abandonó Argel para instalarse en París, donde trabaja en una editorial. Ya en la treintena, soltera e independiente, debe volver a su país para asistir a la boda de su hermana menor.
En las semanas que pasan hasta su regreso realiza un ajuste de cuentas con su vida actual, tras cinco años en París. Reconoce que le gusta vivir en esa ciudad, que contrasta bastante con la pobreza que ha vivido durante su infancia y con las costumbres sociales que siguen dominando la vida en Argelia. En París, las mujeres tienen mucha más libertad y son las que se marcan su propio destino. Pero en su país de origen, el matrimonio sigue siendo el destino prioritario de muchas mujeres y se considera una señal de éxito personal y social. Así lo ve la madre de la narradora, que constantemente le está recordando que sigue soltera y que su vida va camino del fracaso.
Igual que reconoce que vive satisfactoriamente en París, también admite que su vida está incompleta. Tiene pocos amigos y no acaba de encajar en la escala de valores del mundo occidental. Como ella admite, tiene frecuentes arrebatos de nostalgia que la llevan a recordar los paisajes de su tierra, su infancia y juventud en Argel, la relación con sus padres, sus primeros noviazgos… pero también la sensación de agobio en unos límites familiares y amorosos muy estrechos.
Todo está contado de manera leve, sin insistir mucho, con un atrayente estilo ligero y poético. La autora está atrapada en una madeja de sensaciones contradictorias que se han vuelto más persistentes a medida que se aproxima el viaje a Argel, donde sabe que va a ser continuamente examinada y recriminada por salirse del guion. Por un lado, añora regresar; por otro, sabe que ya no asumiría un estilo de vida y unas costumbres que ha conseguido superar. Lo que le queda es una sensación de infelicidad, pues “no sabía que no se vuelve”.
La autora nació en Argelia en 1986 y reside en París. Esta es su tercera novela. En Libros del Asteroide también se ha publicado Nuestras riquezas. Una librería en Argel.